ESCRITOS

En tiempos de 140 caracteres, fotos editadas y 3 minutos de vídeo, escribir y pretender ser leído es muestra indudable de origen analógico. A mi favor, tiempo, curiosidad y cierta obligación de amistad y familia. ¡Eh!

Un texto es como un lugar de baño. Si es demasiado pequeño, sólo puede humedecer, levantar interés. Pero se necesita volumen, profundidad, para sumergirse, rodearse de orillas, sentir corrientes, cegarse con reflejos y colores, poblarse de vida.

Tarde descubro la escritura. Ahora lamento todas las clases de literatura y lengua desatendidas. Demasiadas fórmulas, tablas, ensayos y poca poesía en mi vida.

Oficio de viejos, opción tan improbable como atractiva de reconversión. ¡Lo intentaré!, con mi habitual intrepidez de ignorante y la libertad de tener más años de los deseables. Me atreveré a colgar charcos, piscinas e incluso lagos de palabras en este lugar y en cuanto concurso se deje. Los mares, en los cuadros, de momento.

Gracias por su atención (¿hay alguien?)

Sugerencia: podéis leer el principio y el final y será suficiente para ver qué tal estaba el agua.